Debes proporcionarle un lugar donde vivir adecuado a sus necesidades.
La zona elegida debe estar libre de riesgos, para evitar que el animal se escape o se caiga. Evita que tenga acceso a productos químicos (lejía, insecticidas…), cables o plantas venenosas.
El animal debe disponer de una zona de descanso cómoda, limpia, tranquila y adaptada a sus necesidades de luz, humedad y temperatura. Proporciónale una zona en la que pueda protegerse o esconderse, sobre todo si va a estar en el exterior, expuesto a las inclemencias meteorológicas.
Si tu animal hace sus deposiciones dentro de casa, debes proporcionarle un lugar adecuado, separado de la zona de descanso.